"[...]Trabajo mucho, pero una sola cosa alienta este esfuerzo, haciéndome tesonero y cuerpeándole todos los días a la tentación; mi vuelta al pago. Porque, mi viejo, yo también creo que me habré ganado, a pulso, la tranquilidad, pero no la tranquilidad del burgués, que sólo piensa en comer y dormir bien, sino la tranquilidad en compañía de mis mejores afectos, las reuniones en buena compañía, las tenidas mano a mano, las grandes "cantadas" para los amigos, que siempre estarán a mi lado, las bromas y alguna que otra "palmera" para despuntar el vicio[...]"
Carta de Carlos Gardel a Carlos de la Púa.
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